El río estaba mas tranquilo de lo que recordaba, aunque él nunca había cruzado el Olva tan al este. Gaev alargó la mano y acarició las aguas, tampoco eran tan gélidas sus aguas como en el embarcadero de Toar, por el que había cruzado alguna vez. Toar, dónde deberían dirigirse según Aunor, el robusto guardián de la Solea, pero en cambio estaban cruzando por el embarcadero de Isur y todo parecía indicar que era allí dónde se dirigían; la ciudad de Isur era una de las importantes de la Marca de Taixel, junto Toar, Voresso y, lógicamente, Taixel; Maer, en cambio, no merecería ni aparecer en los mapas generales si no fuera porque el propio marqués de Taixel y señor de Maer había establecido ahí su residencia familiar dónde vivía toda su familia mientras él tenía asuntos en la capital.
—Ten cuidado, no vayas a caer —le dijo Aunor.
—Yo sólo…
—Venga, que ya llegamos a la otra orilla —respondió el guardian a la vez que lo agarraba por el hombro y lo levantaba—. Estaría bien que llegáramos a Isur un día de estos.
—Hablando de Isur… ¿por qué vamos a Isur si me dijiste que la Solea quería que fueramos a Toar? No es que estén en la misma dirección precisamente...
—Supongo que no tendrás intención de volver a Maer para coger el camino de Toar, ¿verdad? —Aunor le dio unos golpecitos en la cabeza—. De momento iremos a Isur y decidiremos de que forma llegar a Toar, además Zel… la Solea ya dijo que llegáramos sobre seguro mas que lo antes posible...
Los dos bajaron de la barcaza dando un saltito hasta la orilla, Aunor cargando todas las bolsas, su equipaje mas la pequeña mochila de Gaev. Era curioso todo lo que Aunor le había contado, parecía que se habían dividido en tres grupos después del caos del campamento y la Solea había enviado a cada uno de sus guardianes para que los protegieran, Liaele iba con Verlan, él con Aunor y la Solea se había ido a buscar a Faenn y Tiroun. Además habían decidido que todos se encontrarían en Toar dentro de seis meses –al principio le pareció mucho tiempo, seis meses, pero si tenían que ir primero a Isur y luego decidir como cruzar hasta Toar podrían tardar bastante–. Suspiró, Aunor le había dicho que no se preocupara, que él sabía apañárselas bien en casi todas las situaciones, que la Solea tenía mas recursos de los que parecía y que nadie podría proteger a Liaele mejor que el propio Verlan.
La Solea se sentó en la estrecha escalera de tablones y sacó su pequeño diario mientras esperaba a que el soldado hablara con el barquero, se alisó la falda con tranquilidad, observó un momento al soldado que charlaba detrás de ella y al otro que estaba esperando cerca con el equipaje y se puso a revisar los últimos hechos relevantes que había apuntado minuciosamente en el diario.
"Oímos un grito a medianoche y salieron Aunor y Verlan disparados hacia él, cuando llegué me los encontré con la muchacha del marqués en brazos, todo estaba lleno de sangre y había otro cuerpo. Aunor, que le estaba tomando el pulso, me miró y negó con la cabeza."
"La moral de los soldados ya era baja y encontrarse con Liaele inconsciente y llena de sangre junto al cuerpo de Torem desencadenó el motín pese a que intentaran ocultarlo, algún soldado llegó a verlo y con el boca a boca en pocas horas todo el mundo estaba enterado."
"Tuve tiempo de informar de mis planes a Aunor y Verlan, les di los medallones y marqué a los chicos por si acaso, ahora deberían servir para informarnos si ellos estaban cerca y nos ayudaría a encontrarlos en caso de separanos."
"Aunor estaba aún cuidado de la muchacha, que seguía inconsciente, cuando estalló todo, espero que esté bien. El joven cazador había ido a buscar algo de madera hacia el este y envié a Verlan a buscarlo, yo misma conseguí convencer a dos soldados de que amotinarse no les beneficiaria en nada y me están acompañando hacia el sur, hacia donde vi que huían el herrero y el minero."
"Cerca de la orilla del Olva hemos encontrado un campamento reciente y a uno de los muchachos en él, ha pronunciado el nombre de su amigo al vernos y ha caído inconsciente, parece que le drogaron y probablemente al otro muchacho también, improvisamos una camilla para transportarlo y empezamos a seguir el rastro."
Zelfora cerró en diario y suspiró, habían seguido el rastro y parecía que el campamento era de una caravana de mercaderes que justo habían cruzado el Olva la noche anterior, todo indicaba que se dirigían hacia Toar pero de momento tendrían que cruzar el río para saberlo.
Faenn observaba las ruinas de Maer desde el pequeño cerro donde había jugado de pequeño, esperaba que Tiroun estuviera bien, había comido una baya desconocida y había enfermado, cuando fue a buscar algo para curarlo y volvió, había desaparecido. Sacudió la cabeza, pensamientos prácticos se dijo, no podía hacer nada por Tiroun y tenía que llegar a la herrería, no podía dejar el martillo de su padre abandonado ahí.
<Anterior | Siguiente>
<Anterior | Siguiente>